lunes, mayo 07, 2007

Buen entendedor

Pero fue Françoise la primera en darme el ejemplo (…) de que la verdad no necesita ser dicha para ser manifestada, y que sin duda se la puede obtener con más certeza, por mil signos exteriores, incluso en ciertos fenómenos invisibles, análogos en el mundo de los caracteres a lo que son, en la naturaleza física, los cambios atmosféricos.

Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, Del lado de Guermantes, 1920

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