martes, julio 01, 2008

Zapatitos blancos



Cuenta la leyenda que en un siglo diferente al nuestro, hubo una competencia deportiva muy importante que involucró a varios países.
En aquel tiempo se llamaba al dinero de diferentes maneras, y la que describía mayor cantidad de dinero era “Palos”.
Uno de los países presentó un equipo lleno de figuras prometedoras. Entre ellos se destacaban su número 1, Burgos, que además de jugar, pasaba sus ratos libres haciendo música popular. Otro, el número 10, era un joven llamado Riquelme, que maravillaba a todos con su estilo. Por último, la más importante figura de todas, se llamaba Palermo. Un hombre alto que hacía maravillas con su calzado de color blanco.
Tan importante era la competencia, y tanta pasión generaba en ese país, que una empresa prometió perdonar deudas a sus clientes según cuantos tantos convirtiera el equipo.
Durante la competencia ocurrió un hecho sin precedentes. Un jugador desperdició 3 oportunidades consecutivas de anotar puntos para su equipo.
Al día siguiente, mientras viajaba en un medio de transporte exclusivo, cierta persona escuchó una conversación entre dos grandes analistas del mencionado deporte que viajaban vestidos con trajes llamados "overol".

He aquí un fragmento de dicha conversación. Esta podría llegar a darnos una pequeña idea de la idiosincrasia de este pueblo:
- Erudito 1: ‘jate jodé, che! Tres penales!
- Erudito 2. Yo en su lugar armo el bolso y me vuelvo.
- Erudito 1: ¿25 palos? Ese vale 25 palo en el culo.
- Erudito 2: ¿3 penales?
- Erudito 1: No me lo recuerdes que me echo a llorar.
(En este punto, el texto se vuelve ilegible. Los pocos caracteres recuperados permiten conjeturar que los interlocutores discernían sobre tácticas y estrategias)
- Erudito 2: Pero, si no es Palermo, ¿a quién pones?
- Erudito 1: No sé, cualquiera, el 9 de Chaca juega mejor.
- Erudito 2: ¿3 penales?
- Erudito 1: No se puede creer, parecía el dueño de la pelota. La agarraba y no la soltaba
- Erudito 2: Si, y el arquero (de los contrarios, cuando había un penal) salía corriendo y gritaba –“Déjenlo a Palermooooo !!!!!!”
- Erudito 1: ¿Y ahora que va a hacer con los zapatitos blancos?
- Erudito 2: ¿Zapatitos blancos? ¡3 penales!
- Erudito 1: Te dije que no me lo recuerdes.
- Erudito 2: ¿Burgos no pateaba penales?
- Erudito 1: Burgos que vaya a tocar la guitarra
- Erudito 2: ¿Y el medio? Parecía Lavalle y Florida, parecía. Iban y venían.
- Erudito 1: ¿Y Riquelme? Ni un tiro al arco, el pibe.
- Erudito 2: ¡25 palos!
(Aparentemente desde el transporte se divisó el cartel de la empresa que perdonaba deudas)
- Erudito 1: Mirá, “Por cada gol le regalamos una cuota”
- Erudito 2: Y, seguro que Frávega le regaló los zapatitos blancos.
- Erudito 1: 12 pasos, que son 12 pasos.
- Erudito 2: 7 metros.... yo lo mato...

El resto del documento se ha deteriorado por el paso del tiempo. Esto representa una gran pérdida para la cultura en general, y para la antropología en particular.

2 comentarios:

  1. Y que mas se peude esperar del madera palermo. Para lo unico que sirve es para meterla en el arco y de pedo. Se tropieza solo. ¿3 penales? otra que maradona. no se si te acordas. Que le paso igual.

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  2. genial!, llorando de risa.

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