lunes, septiembre 22, 2008

Yes, uno tras otro.

Yes edita su primer disco en 1969. Año de grandes eventos ya que también sacaron su primer disco Genesis y Led Zeppelín, el hombre llegó a la luna y yo llegué a este mundo ;). Con gran placer me dispuse a escuchar sus discos “uno tras otro”. Algunas tapas son verdaderas obras de arte por lo que vale la pena hacer clic y verlas ampliadas.



Yes (1969)
Un gran álbum debut. Con una base jazzera, sobre todo en batería y guitarra, no tiene puntos de contacto con el sonido Beatles de la época; tanto es así que el disco incluye un cover de ellos (Every Little Thing) con el que parecen querer mostrar claramente las diferencias. Por otro lado, Yes ya muestra una identidad muy fuerte con sus teclados y guitarras rodeando la voz incomparable de Anderson. Esa misma que le permitirá a la banda cambiar su formación y seguir manteniendo su sonido característico. Los músicos de este disco son: Jon Anderson, Chris Squire, Bill Bruford, Peter Banks, y Tony Kaye.



Time and a Word (1970)
Un buen disco donde se busca producir algunos cambios. Bastante menos jazzero y más sinfónico, los teclados tienen mucha más importancia y la guitarra pierde un poco de brillo.



The Yes Album (1971)
Ya el título da la idea de un intento de refundación. Y lo hicieron con un disco extraordinario. Primer cambio: sale Peter Banks, entra Steve Howe. Pero no es un simple reemplazo, sale un muy buen guitarrista y entra un guitarrista único. Howe no va a pasar desapercibido y lo demuestra en el tema “The Clap” (tema en vivo dentro del álbum de estudio) y en sus arreglos en el resto de los temas. El disco incluye el primero de los grandes temas de Yes: “I’ve Seen All Good People”.
La versión remasterizada incluye una versión de estudio de “The Clap” en donde se puede escuchar algunos compases que más tarde formarán parte de “Mood For A Day”.



Fragile (1971)
Sale Tony Kaye y entra Rick Wakeman y esto no es un dato menor. Wakeman es uno de los mejores tecladistas de rock de la época. La sensación, escuchando este disco, es la de estar en el mejor momento de un recital cuando luego de un gran tema, en este caso “Roundabout” (que abre el disco), presentan a los músicos: -En los teclados... ¡Rick Wakeman!- y comienza “Cans and Brahms” que es su versión del tercer movimiento de la cuarta sinfonía en Mi menor de Johannes Brahms; -En la guitarra... ¡Steve Howe!- y este se luce con “Mood For A Day” que sigue siendo hoy una de las obras fundamentales para los que intentamos tocar la guitarra; -La voz... ¡Jon Anderson!- que hace la voz principal y todos los coros en “We Have Heaven”; -En el bajo... ¡Chris Squire!- y demuestra todo lo que el bajo puede hacer en “The Fish”; -En la batería... ¡Bill Bruford!- que muestra toda su clase jazzera en “Five Per Cent For Nothing”.



Close To The Edge (1972)
Luego de un disco de lucimiento personal, Yes crea uno en donde todos se complementan logrando una sinergia que permite que el talento de uno haga lucir mejor el talento de los demás. La voz de Jon Anderson que alcanza su máximo esplendor, el virtuosismo de los músicos y su gran capacidad creativa a la hora de componer se conjugan en este disco bien sinfónico en el que la banda no deja nada al azar. Sólo tres temas y “Close To The Edge” que ocupa todo el lado A. Este es el gran disco de Yes. El disco soñado, perfecto. Una verdadera obra de arte.



Tales from Topographic Oceans (1973)
Sale Bill Bruford e ingresa Alan White. Luego de un gran disco, Yes (al igual que Genesis) edita un disco grande. Doble y sólo cuatro temas, uno por lado. Esta obra es muy agradable pero, para mi gusto, le falta chispa, contraste. Es bastante difícil de seguir y sobre todo es un disco largo.



Relayer (1974)
Se aleja Rick Wakeman y, luego de muchas audiciones en donde incluso participó Vangelis, ingresa a la banda Patrick Moraz. La estructura del disco es igual a la de “Close To The Edge” con un tema que ocupa todo el lado A y dos que completan el lado B. Haciendo honor al nombre del primer tema “The Gates Of Delirium” todo el disco es un gran delirio. Cada tanto aparece la voz de Anderson para llevarnos a lugares más tranquilos. Steve Howe y su guitarra se lucen en este disco.



Going For The One (1977)
Volvió Wakeman ¡y vaya si se nota! Volvió el sonido clásico, los contrastes, los claroscuros. “Turno of the Century” es de lo mejor de la banda; voz, guitarra y teclados componen un tema de increíble y delicada belleza.



Tormato (1978)
Muchos, incluso miembros de la banda, sostienen que este disco no es muy bueno. Sin embargo para mí es un disco fantástico. Es cierto que no tiene el brillo de otras placas, que los temas son más cortos y fáciles de escuchar; pero yo crecí con este álbum. Es el primero que escuché de Yes y gracias a él escuché el resto de los discos de la banda.



Drama (1980)
Toda una rareza ya que es el único disco de Yes en el que no está Jon Anderson. En su lugar está Trevor Horn que lo imita relativamente bien. También sale Wakeman y lo reemplaza Geoff Downes. Podría decirse que es otra banda, pero no, el espíritu de Yes sigue allí. Es que los músicos (los que sean) deben componer para Yes. Sin embargo la sangría musical es importante.

Acá termina mi “uno tras otro” de Yes. Todavía quedan unos cuantos discos más (discos de platino, de oro) pero, a partir de aquí, la banda adopta el sonido de los 80’s (que salvo contadas excepciones no me gusta) y tengo miedo de ver a Tom Cruise sobrevolando mi casa en un caza F-14 Tomcat.

2 comentarios:

  1. Wow, yo voy por la re en clave de sol. Yo alumno, tú sensei.
    Ah, buen año el 74, y buen culito:)

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  2. Excelente reseña de los comienzos de Yes, espero la continuación. Saludos

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