Cuando vi que el canal Volver repuso “Celeste” con Andrea del Boca y Gustavo Bermudez recordé que en el ’91, cuando iba al CBC de Avellaneda, conocí a Pablo, igualito a Gustavo Bermudez pero en rubio. Las minas se daban vuelta a su paso y él, con su aire indiferente, no hacía sino alimentar más aún el sudor ratonero de sus admiradoras.
Nos hicimos amigos de estudio de inmediato y la primera vez que fue a casa, al saludar a mi vieja y verle esa mirada de “te conozco de algún lado”, le dijo: me llamo Pablo y si, soy parecido a Gustavo Bermudez.
Mi amistad con Pablo hizo que más de una me encarara para que se lo presente. La más insistente fue Andrea (que no era “del Boca”) y que no lo llamaba Pablo sino Gustavo. ¡Dame el teléfono de ese potro! ¿Cuándo me vas a presentar a ese potro? eran sus frases más frecuentes y recurrentemente equinas.
Ninguna tuvo éxito, ni siquiera Gabriela, una impresionante morocha que, más allá de su atracción por Pablo, quería demostrar que podía tener a quien quisiera. Y era cierto, todos morían por ella, menos él.
Muchos años después, cuando le dije que no recordaba que Pablo tuviera novia, ella me dijo: “me parece que tenías más chance vos que todas esas minas”.
Esos eran galanes!!!
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