El Interventor para la Asignación Estratégica de Asientos
de Subterráneo es ese tipo parado cerca de la puerta que decide cuándo
y quién debe ceder su asiento a un recién subido pasajero.
-¡Usted señor!, ¿a ver si es tan amable de cederle el asiento
a esta madre que lleva a su hijo en brazos?- Grita para que todos (incluyendo a
los del subte que viaja en sentido contrario) se den cuenta de lo buena y
atenta persona que es.
Pero en realidad no lo hace por bondad. No le grita al gordo
que se hace el dormido en el primer asiento, a ese no, a ver si se enoja. Le
ordena levantarse al primero que encuentra, generalmente distraído, que no
supone riesgo para su propio físico.
El sujeto en cuestión está tan resentido por viajar de pie
que utiliza la primera oportunidad a su alcance para desquitarse de aquel que
(según él) está ocupando el asiento que por derecho le pertenece.
Lo más indignante es que al final, la madre (cuyo hijo
aparenta unos 17 años) agradece al Interventor de Asientos y no al pobre gil
que se levantó por miedo al escándalo.
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