"Martín le encajó tres trompadas seguidas y, cuando Carlos -bastante más corpulento- cayó al piso, comenzó a darle patadas en la cara. Parecía que lo quería matar. Hicieron falta tres personas para frenarlo."
La pregunta que tengo en la cabeza desde hace mucho tiempo y que no encuentra respuesta es esta: ¿Cómo hace un Carlos para defenderse de un Martín sin convertirse en alguien como él?
De la misma forma, muchas veces la gente con pocos escrúpulos saca ventaja de los tipos honestos ya que utilizan métodos que estos últimos jamás querrían usar, ni siquiera para defenderse.
El problema tiene dos partes, primero está el darse cuenta de que el otro no tiene escrúpulos y segundo está el impacto sobre terceras personas. Mientras unos tratan de ser siempre sinceros, los otros están preocupados en decir lo que la mayoría quiere escuchar. Por esta razón es que, en general, la gente sin escrúpulos resulta más simpática y tiene más rápida aceptación.
Muchos tipos de serrucho en mano se creen geniales porque leyeron dos o tres libros. Haber leído algunos de ellos me ayudó a reconocerlos.
Algunos títulos son:
- El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo.
- El arte de tener razón, de Arthur Schopenhauer.
- El arte de la guerra, de Sun Tsu.
Hasta ahora no se me ocurrió nada para la segunda parte del problema.
qué buen blog.luciana (objetivamente)
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