Hay que llenar las dos botellas con piedras. El lo dice, y eso es suficiente. Ella ofrece juguetes, es su forma de romper el hielo. Sólo las piedras chiquitas pasan por el pico. Su felicidad me contagia. Terminaron una botella, comienzan con la segunda. El hace cosas de varones, ella festeja con la cara iluminada. Ya casi está completa. Una sonrisa por cada piedrita. Junto a él hasta se enfrenta a las hormigas.
Listo, es hora de vaciar las botellas.
Lindo texto
ResponderBorrarse nos piantó un lagrimón.
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