
Muchas cosas han cambiado en esta era. No digo que estén ni bien ni mal, sólo que son un reflejo de los tiempos en que vivimos.
Por ejemplo, antes los objetos tenían un valor que se calculaba en función de lo que costaba fabricarlo. En la era del Marketing las cosas valen lo que el potencial cliente pueda pagar. De esta forma, dos productos similares pueden tener precios completamente diferentes dependiendo de dónde y con qué otro producto se exhiba.