2. Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes se opongan a la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esa protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.
Manual de Robótica, 56ª edición, año 2058.
Isaac Asimov, Yo Robot, 1950
Es verdad, el cerebro no funciona muy diferente, pero por experiencia, la tercera ley... APESTA!
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