Estoy en la casa de comidas para llevar, en la cola para pagar que, por cierto, es más larga que la cola para pedir comida.
Esperando al lado de una pequeña góndola de golosinas pienso: ¿cómo no resolvieron este problema? No puede ser que el “cuello de botella” de este negocio sea la caja.
Una persona de la cola se acerca y agarra una golosina de la gondolita, otra persona hace lo mismo, y después otra.
El problema logístico es en realidad un éxito de marketing.
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