En la era del Marketing no se intenta satisfacer una necesidad sino aprovechar la percepción (muchas veces errónea) de la realidad. Lo interesante es que muchas veces es imposible cambiar la realidad pero no parece ser tan complicado modificar la percepción de la misma. Así, sólo se necesita que creamos que nuestros hijos están mal alimentados para vendernos vitaminas o que cualquier ambiente es tóxico para vendernos desinfectantes específicos.
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