Tener una vida sexual plena, además de mejorar nuestra calidad de vida, nos hace sentir mayor confianza en nosotros mismos. Nos da ese plus de energía para encarar nuevos desafíos y la tranquilidad necesaria para poder analizar el resto de los aspectos de nuestro día a día.
Por el contrario, tener una sexualidad que no nos satisface, impide que podamos prestarle la debida atención a otras cosas ya que este problema ocupa la mayor parte de nuestra cabeza además de bajar nuestra autoestima. Es decir, somos más vulnerables.
En general, todos los regímenes totalitarios han coartado la sexualidad de la población. ¿Por qué será?
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