En esos momentos cuando el miedo a envejecer nos oprime el pecho; cuando no podemos quitarnos de la cabeza la idea de la muerte; cuando nos enmudece pensar en la posibilidad de que no exista otra vida, ni ángeles, ni cielo, ni nada; en esos momentos descubrí que lo mejor es concentrarse en respirar.
Inspirar... exhalar... inspirar...
Unos minutos después las ideas comienzan a aclararse, el miedo pasa, y la vida continúa.
Buen consejo...
ResponderBorrarSobre todo porque hay cosas que son inevitables.( Así como es inevitable atravesar situaciones de dolor, también lo será pasar por la muerte...y soportar no tener previo a eso, ninguna explicación científica que nos deje "descansar" sobre algún tipo de certeza).
Respiremos. Y sigamos...total, mientras estamos vivos :)