Por Federico Viggiano
Del grupo británico Uriah Heep se podría decir que a pesar de que su popularidad haya decrecido desde los ’70 hasta la actualidad, es junto con Led Zeppelín, Deep Purple y Black Sabbath, uno de los reyes y fundadores del Hard Rock.
Demons & wizards es el cuarto trabajo de Uriah y sin dudas es el más potente e inspirado. Las canciones parecen no dar respiro. Desde la primer nota del semi acústico The Wizard, el disco no deja de desparramar energía a lo largo de sus cuarenta y pico de minutos.
El tema con más energía del disco es Easy Livin’, un frenético rock, perfecto para musicalizar una furiosa persecución por alguna ruta desierta. Probablemente este sea el tema más básico del disco o incluso de toda la carrera de Uriah Heep, sin embargo, a pesar de que no sea más que un machaque constante y algo desprolijo, es justamente esto lo que le da esa sensación de velocidad y descontrol.
Circle of hands muestra el lado más sinfónico del grupo. La melodía de la voz es realmente hermosa. Los coros son estupendos. Hensley no se destaca aquí por su virtuosismo, pero con el Hammond crea una atmósfera muy melancólica, que junto con los arreglos con slide de Mick Box, el coro y la gran voz de David, le dan al tema una gran carga emotiva.
Rainbow demon es un tema oscuro y espeso, con un riff de teclado y un estribillo que una vez escuchados difícilmente serán olvidados.
Demons & wizards es el mejor trabajo de este legendario grupo británico. Un disco fundamental para todo amante del Hard Rock.
Agregaría que la canción final del disco, Paradise/The Spell es una de las mejores de todos los años 70. Es algo impresionante, literalmente.
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