Aún en momentos de desesperanza o cuando las cosas no salen de la manera esperada, aún cuando todo el contexto justificaría comportamientos irascibles, hay personas que tienen la suficiente fortaleza para no perder de vista las verdaderas causas y no desquitarse con terceros que nada tienen que ver con el problema.
Desde aquí mi humilde reconocimiento al señor Hugo Potente, cajero de la sucursal Palermo del Banco Nación, que en medio de un paro de actividades, con colas interminables y con claros signos de cansancio en su rostro, nunca deja de ser amable con cada una de las personas que atiende, siempre tiene un minuto para explicar una vez más a ese anciano que debe hacer trámites complicados y saluda amablemente a cada uno cuando se retiran de la caja.
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