Culebrón melodramático coreano del 2004. Si te gustan esas películas en donde primero te reís, luego llorás y finalmente te emocionás, entonces esta es la película perfecta. Eso si, cuando hay que llorar, hay que llorar en serio.
No es mi tipo preferido de películas pero es muy recomendable. Sobre todo si estás con alguien a quien querés prestar un hombro.
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