viernes, agosto 03, 2007

Agarrate Tarantino

Inmediatamente Aquileo se acercó a Mulio; y metiéndole la lanza en una oreja, la broncínea punta salió por la otra. Más tarde hirió en medio de la cabeza a Equeclo, hijo de Agenor, con la espada provista de empuñadura: la hoja entera se calentó con la sangre, y la purpúrea muerte y la parca cruel velaron los ojos del guerrero. Posteriormente atravesó con la broncínea lanza el brazo de Deucalíon, en el sitio donde se juntan los tendones del codo; y el teucro le esperó, con la mano entorpecida y viendo que la muerte se le acercaba: Aquileo le cercenó de un tajo la cabeza, que con el casco arrojó a lo lejos, la médula salió de las vértebras y el guerrero quedó tendido en el suelo. Dirigióse acto seguido contra Rigmo, ilustre hijo de Piro, que había llegado de la fértil Tracia, y le hirió en medio del cuerpo: clavóle la broncínea lanza en el pulmón, y le derribó del carro. Y como viera que su escudero Areítoo torcía la rienda de los caballos, envasóle la aguda lanza en la espalda, y también le derribó en tierra, mientras los corceles huían espantados.

Homero, La Ilíada, siglo VIII adC

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