Pereira se levantó y se despidió. Hasta pronto, padre António, dijo, perdóneme si le he hecho perder todo este tiempo, la próxima vez vendré a confesarme. No tienes ninguna necesidad, replicó el padre António, primero procura cometer algún pecado y luego ven, no me hagas perder el tiempo inútilmente.
Antonio Tabucchi, Sostiene Pereira, 1994
No hay comentarios.:
Publicar un comentario