Ovidio (43ac/17dc), El arte de amar
lunes, septiembre 24, 2007
¿Quien es el culpable?
En la ausencia de menéalo, por no dormir sola, se entregó Helena a las ardientes caricias de su huésped. ¡Qué insensatez la tuya, Menéalo, partir solo y dejar bajo el mismo techo a tu esposa con un extranjero! ¡Imbécil, confías las palomas a las uñas del milano y entregas tu redil al lobo de los montes! No es culpable Helena ni su adúltero amante por hacer lo que tú, lo que otro cualquiera hubiese hecho en su lugar. Tú la indujiste al adulterio brindándole el sitio y la ocasión; ella es sólo responsable de seguir tus consejos. ¿Qué había de suceder, con el marido ausente, a su lado un amable extranjero y temiendo dormir sola en el vacío lecho? Que Menéalo piense lo que quiera, yo la absuelvo de responsabilidad; no pecó en aprovecharse de la complacencia de su marido.
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